6 de mayo de 2024

Negociaciones de alto nivel entre la UE y Venezuela de cara a las elecciones presidenciales de 2024 en el marco de la cumbre de la CELAC

Imagen de archivo de la reunión de ministros y altos representantes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) celebrada en Caracas (Venezuela). EFE/ MIGUEL GUTIERREZ

La UE también ha criticado la inhabilitación durante 15 años a la destacada opositora María Corina Machado y ha advertido de que este paso agrava la crisis en el país y va en la dirección contraria a celebrar elecciones presidenciales transparentes en 2024.

 

La Unión Europea ha insistido a Venezuela en la importancia de celebrar unas elecciones presidenciales inclusivas y justas en 2024 para poder cristalizar el cambio de posición hacia el país y levantar las sanciones internacionales, en el marco de la reunión organizada por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, y el negociador de la oposición, Gerardo Blyde.

En el encuentro, celebrado en los márgenes de la cumbre de líderes de la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), participó también el líder de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y sus homólogos de Argentina, Alberto Fernández, y el de Colombia, Gustavo Petro, así como el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, en una cita en la que las partes aprovecharon para realizar «un intento de aproximar posiciones entre gobierno y oposición».

Todo con el foco puesto en que Venezuela organice unos comicios «inclusivos», «democráticos», y «aceptables para la comunidad internacional y para los venezolanos», con el que dibujar una hora de ruta para levantar sanciones y acercar al país a la comunidad internacional.

De lado europeo, se valora que el encuentro sirvió para hacer balance y poner luz a la voluntad de llegar a resolución cuanto antes de la crisis. Sobre la mesa estuvo la celebración de unas elecciones inclusivas y también la puesta en marcha del plan humanitario de Naciones Unidas para movilizar fondos para el país, en una forma de ofrecer incentivos a Venezuela para dar pasos hacia la normalización política.

También destacan la importancia de que participase el presidente de Brasil, principal potencia del continente y con capacidad de influir en las partes, en lo que representa un cambio radical a la etapa de Jair Bolsonaro en la que el Brasil se excluyó de iniciativas de cooperación regional.

La UE tiene el objetivo declarado de retomar las relaciones con Caracas y se ha abierto a revisar las sanciones individuales contra los líderes del régimen de Nicolás Maduro, «al compás» de los cambios que promueva Venezuela para celebrar elecciones libres.

La diplomacia europea ve «totalmente diferente» la situación en Venezuela y quiere aprovechar la oportunidad que representa los cambios a nivel nacional y el clima político en la región más propicio, con la implicación de Colombia y Brasil en la salida democrática a la crisis política y social en el país caribeño. Si bien, considera clave que se produzcan avances en el diálogo entre gobierno y oposición en México y que se den pasos para unas elecciones justas en 2024.